Como entender
la propuesta de liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus, con
5 pregunta importantes
1)
¿Qué es una patente?
Una patente confiere al inventor de un producto o
tecnología el derecho de impedir que otros utilicen dicha invención sin su
permiso. No indica si el producto es seguro para el consumidor o si puede
suministrarse. Los productos farmacéuticos patentados tienen además que
someterse a pruebas y procedimientos de aprobación rigurosos para poder ser
comercializados, la solicitud de la patente no se hace cuando el producto está
terminado, sino cuando recién se inventa.
2)
¿Cuánto duran?
Todas las patentes de inventos, tienen
una duración de 20 años no renovables; a cambio de esta exclusividad, el
inventor debe publicar los detalles de su invento para que cualquier persona lo
pueda revisar para efectos de experimentación y el desarrollo de nuevas y
diferentes innovaciones.
Desde que se patenta hasta que el
producto sale al mercado pueden pasar 8, 10 o 12 años; por eso se dan 20, ya
que en el tiempo restante ningún otro fabricante puede comercializar ese
producto. Luego de ese tiempo se da autorización a otros fabricantes y surgen
medicamentos genéricos de diferentes nombres.
No es necesario que una empresa
farmacéutica o de cualquier otro sector espere ese tiempo para poder negociar
con otras firmas acuerdos bilaterales para que estas fabriquen versiones
genéricas, algo que se hizo —por ejemplo— con los fármacos contra el VIH-sida.
3) ¿Por qué se dan?
Para permitir que el fabricante
original recupere la inversión realizada y pueda tener rentabilidad.
4)
¿Quién las otorga?
Cada país, y la Organización
Mundial de Comercio (OMC) ayuda en la supervisión de estas en el comercio
internacional. Sin embargo, no todos los países dan patentes exclusivas o
respetan la propiedad intelectual de otros.
5)
¿Quiénes piden liberar las patentes de las vacunas de coronavirus?
India y Sudáfrica han pedido ante
la OMC una suspensión temporal de las patentes sobre las vacunas contra el
coronavirus, que se contemplan en el llamado Acuerdo sobre los Aspectos de los
Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus
siglas en inglés), esta ha sido respaldad recientemente por Estados Unidos y
otros países como Rusia y Francia.
La propuesta
choca con la abierta oposición de los gigantes farmacéuticos, pero también de
algunos Gobiernos de los países donde esas poderosas multinacionales están
instaladas, así como otros que no están de acuerdo por razones ideológicas o de
eficiencia.
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